Expresionismo abstracto

(1943-1970)

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se afianzó como potencia política y económica mundial. El territorio recibió con los brazos abiertos a una gran cantidad de artistas extranjeros quienes huían de la persecución, tales como André Breton, Piet Mondrian y Max Ernst.

Una vez instalados en suelo estadounidense, este excelso grupo de pintores y escritores mostraron, crearon y difundieron sus ideas acerca del arte pictórico, propiciando el surgimiento del expresionismo abstracto, un movimiento artístico radicalmente inédito.

El sentimiento nacionalista y patriota se apoderó de la colectividad a finales de la década de los años cuarenta, sin embargo, no todas eran buenas noticias. Se lanzaron las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y la Gran Depresión aún quedaba con vida.

En este contexto político y social fue donde muchos artistas expresaron sus sentimientos enfrentados y compartidos de esperanza, recelo, ira y temor, acerca de la época que les había tocado vivir.

Espontaneidad e individualidad

Los expresionistas abstractos fueron un grupo pequeño de artistas medianamente relacionados entre sí, y de varias tendencias y estilos, quienes habían trabajado antes de la Segunda Guerra Mundial, y adentrado en caminos radicalmente nuevos, reflejo de la sensación del momento.

A partir del año de 1941, la población estadounidense pudo ver de primera mano las imágenes de la abominación y las atrocidades que se fraguaban en Europa, y a mitad de década varios creadores se debatieron en dilucidar cómo podían expresar sus emociones y el sentimiento de la nación con respecto al estado del planeta.

Maraña

El Action Painting fue un estilo impuesto por el pintor estadounidense Jackson Pollock, quien lo expuso por vez primera en enero de 1948. Su innovadora manera de colocar enormes lienzos en el suelo y dejar chorrear sobre ellos pintura de paredes desde la cubeta directamente o con un palo o una llana le valió el apodo de “Jack, el Chorreador”.

Pollock describía sus pinturas como “energía y movimiento hechos visibles”. Sin embargo, sus obras no son tan azarosas y caprichosas como parecen. Para Pollock, el acto de pintar era subjetivo e instintivo, expresión de sus más íntimos sentimientos, que derivaban en complejas marañas decolores y líneas de densas texturas.

‘Ritmo de otoño (Número 30)’ (1950), Jackson Pollock

En cuanto a estilo, la actitud del expresionismo abstracto tuvo más de general que de particular. Los artistas se conocían y comunicaban entre sí, pero no trabajaban en colectivo. Su idea nunca fue conformar un movimiento artístico.

Más bien, a diferencia del realismo social y el regionalismo anteriores, estos artistas estadounidenses buscaban expresar sus sentimientos de manera espontánea e individual.

El expresionismo abstracto fue el primer arte estadounidense rebosante de ira y de belleza a partes iguales”.

Robert Motherwell.

La escuela de Nueva York

La principal fuente de inspiración para los expresionistas abstractos fue el arte vanguardista europeo. Los muchos artistas llegados a Estados Unidos en calidad de refugiados conectaron rápidamente con las nuevas ideas a través de algunas salas de arte neoyorquinas.

El Museo de Arte Moderno (MoMA), inaugurado en el año de 1929, no tardó en acoger exposiciones de arte abstracto, del cubismo, dadaísmo y surrealismo, además de retrospectivas de Picasso, Matisse y Léger tan solo por citar algunas.

En otras de estas salas de exposición se exhibían obras de Mondrian, Gabo y El Lissitzky. Pero, además, el Museum of Non-Objective Painting, inaugurado una década después, contó con una vasta colección de pinturas de Kandinsky.

El término expresionismo abstracto aparece por primera vez en la revista The New Yorker, en marzo de 1946. Fue usado por el escritor y crítico Robert Coates para describir la obra de Jackson Pollock, Willem de Kooning y Arshile Gorky.

Poco tiempo después otros artistas se fueron sumando al calificativo de expresionistas abstractos y, al estar todos ellos radicados en la ciudad de Nueva York, también se los conoció como la escuela de Nueva York.

Entre los principales exponentes destacaron Robert Motherwell, Lee Krasner. William Baziotes, Mark Rothko, Barnett Newman, Adolph Gottlieb, Clyfford Still y Richard Pousette-Dart. El estilo describe el objetivo de los artistas de pintar de un modo abstracto y emocionalmente expresivo, con marcadas influencias del arte primitivo y el surrealismo, en particular, del automatismo de Miró.

Pintaban por separado, pero todos ellos compartían elementos tales como el uso de lienzos gigantescos y superficies pictóricas, con pocas referencias a objetos reales.

Sus primeras exposiciones públicas se dieron en los años cuarenta, pero, debido a su complejidad e incomprensión por parte del público, no tuvo mayor acogida.

Un movimiento, dos corrientes

El expresionismo abstracto estaba conformado, principalmente, por los estilos   Action Painting y Colorfield Painting. En el primero se pintaba sin planificación previa, con la intención de expresar intimismo, de manera intuitiva.

Los trazos son suaves y generosos, sumamente enérgicos y expresivos pintados con pincel u otro medio sobre enormes lienzos. Dejaban salpicar la pintura o embadurnaban con ella toda la superficie pictórica, técnica que se conoce como “abstracción gestual”, ya que la acción o el gesto de aplicar la pintura se consideraba más importante que el resultado final.

Entre los artistas más representativos de esta tendencia destacaron Pollock, De Kooning y Franz Kline. El otro tipo de expresionistas abstractos, los pintores de Colorfield, eran mucho más pasivos.

Pero, más allá del estilo, todos los expresionistas abstractos se sintieron atraídos por las ideas de Carl Jung acerca del psicoanálisis, los sueños y la memoria, en un intento por expresar la confusión del mundo de la posguerra.

El auge del arte abstracto

A principios del siglo XX surge el arte abstracto, también llamado arte no figurativo o no representativo, muy popular después de la Segunda Guerra Mundial, y hasta los años ochenta.

Con la invención de la fotografía en el siglo XIX, muchos artistas se valieron de ella para expresar los cambios drásticos y los acontecimientos que tenían lugar en el mundo. Muchas formas frescas, inteligentes y progresistas se pusieron de moda muy rápidamente.

En conclusión, el expresionismo abstracto busca expresar emociones estimuladas por hecatombes y tragedias mundiales.