(década de 1990-principios del siglo XXI)
Fueron muchos los movimientos artísticos surgidos en los Estados Unidos durante la época de finales de los años sesenta. Entre ellos, el denominados fotorrealismo, que desafió con su excepcional precisión en los trazos el arte abstracto y conceptual que se producía para el momento.
Las obras pictóricas eran tan realistas como las fotografías. Era casi una “no idea”: el objetivo de estos autores era simplemente desplegar sus habilidosas dotes pictóricas para producir arte con un realismo exacerbado.
En tanto, el llamado hiperrealismo, a pesar de que puede ser vinculado al fotorrealismo no era tan simple. A finales del siglo XX, los exponentes comenzaron a centrarse en los detalles, al igual que los fotorrealistas, si bien con algunas sutiles modificaciones, con tal de expresar mensajes con voluntad filantrópica.
De modo que, los pintores hiperrealistas trabajan e ilustran un amplio abanico de temas, tales como retratos, paisajes naturales y urbanos, figuras y escenas narrativas o de género. La obra es anónima y objetiva, no obstante, suele ser deliberadamente emotiva e individualista, a semejanza del expresionismo.
Conciencia social
El fotorrealismo significó la evolución del arte pop, una década después de su aparición, lo que explica sus temáticas mundanas y cotidianas comunes a ambos. Las pinturas parecen evadir conscientemente la emoción humana, el valor político y los elementos narrativos.
En cambio, los hiperrealistas abordan temas culturales, políticos y sociales de actualidad. Expresan una multiplicidad de ideas en sus obras, tales como son la vulgaridad del consumismo, el sufrimiento extremo, las penurias de las clases obreras o la fragilidad de la forma humana.
Los artistas pioneros en este tipo de obras, fueron los estadounidenses Audrey Flack, Richard Estes, Denis Peterson y Chuck Close. Debido a la exactitud y el cuidado extremo de los detalles, los creadores se tardan meses enteros en culminar cada una de ellas.
Las pinceladas son pequeñas y construidas a partir de trazos prácticamente invisibles. Por su parte, las esculturas se elaboran con materiales diversos, los cuales se moldean con formas realistas.
Muchos de los autores hiperrealistas trabajan directamente a partir de fotografías, para crear obras que parezcan tales. Parte de la diversión estriba en invitar a los espectadores a decidir si una imagen es o no una fotografía, o si una escultura es algo real o un objeto artificial.
Grados de realidad
El hiperrealismo casi siempre es subjetivo, pero, la meticulosidad y profusión de detalles para generar la ilusión de realidad, hace que las pinturas luzcan incluso más nítidas y exactas que las fotografías, o que la realidad misma.
La idea no es tanto realizar una copia literal de una fotografía o de la realidad, sino exagerarla y llamar la atención sobre alguna preocupación personal o inquietud que pueda tener el artista.
Las sombras, los colores, las superficies, los efectos lumínicos y las texturas se observan incluso más claros y definidos que en las fotografías de referencia, e incluso que el tema real.
El estilo hiperrealista se desarrolló a partir del fotorrealismo y las imágenes de alta resolución, generadas por las cámaras digitales y los ordenadores. Pero, también derivó de planteamientos filosóficos de varios teóricos.
En particular, del filósofo, sociólogo, fotógrafo y politólogo francés, Jean Baudrillard, quien teorizó acerca de la incapacidad de la sociedad contemporánea para distinguir entre fantasía y realidad.
Otros como él también criticaron aquello que se supone verdaderamente “real”, en un mundo en el cual los acontecimientos y experiencias pueden tomar forma y ser representados a través de distintos medios.
Las obras varían en función de los intereses de cada artista. Por ejemplo, las representaciones de Estes de sus fantasmagóricas ciudades, se caracterizan por sus superficies reflectantes y estructuras impersonales, haciendo un guiño a la pintura de De Chirico. Por otra parte, los gigantescos retratos de Close, enfrentan al espectador con unas proporciones y prominencias inesperadas, poco naturales. Gottfried Helnwein trató el tema del Holocausto y el nazismo. Las series de Peterson, también reflejaron con objetividad el sufrimiento humano. Todos ellos generaron empatía en los espectadores.
Métodos mecánicos
El hiperrealismo requiere de un dominio técnico y una precisión extrema, aunque la mayoría de los artistas también emplea métodos mecánicos para producir sus obras, incluidas las proyecciones fotográficas o multimedia.
Para sus imágenes, algunos usan el método tradicional de la cuadrícula. Otros utilizan aerógrafos, con tal de que las mezclas de color resulten indiscernibles. Por su parte, los escultores suelen utilizar poliéster, aplicado directamente sobre moldes o los cuerpos de los modelos para obtener la forma deseada.
“Creo que la mayoría de las pinturas son un registro de las decisiones adoptadas por el artista. Lo único que ocurre es que las mías son un poco más evidentes que las de otros”.
Chuck Close.
Ron Mueck
El escultor australiano Ron Mueck, llegó a consagrarse como el artista epítome del hiperrealismo. Su obra es sorprendentemente fiel a la realidad, realizada con frecuencia a escalas inesperadas, ya sean hiperbólicas o diminutas, lo cual genera un realismo que desconcierta al espectador.
Los materiales predilectos de Mueck son la silicona, resina de poliéster, poliuretano y otros, que le permiten recrear aspectos intricados, con detalles precisos y meticulosos, tales como arrugas, barbas de tres días, manchas en la piel y cabello.
Ello mueve sentimientos de irrealidad en los espectadores, y los estimula para que se replanteen aspectos sobre las certidumbres de la vida, que no habían sido tomados en cuenta hasta el momento.
Entre los años de 1997 y 2000, Mueck participó en la exposición itinerante titulada “Sensation”, la cual le ayudó a forjarse un nombre y a situarse a la cabecera del arte contemporáneo mundial. La muestra recorrió el Reino Unido, Berlín, Estados Unidos y Australia.
“El tema es un medio aparte a través del cual los espectadores conectan con la realidad mediante la falsedad y la simulación de la imagen, que, irónicamente, es convincente”.
Chuck Denis Peterson.
Lo inesperado
Muchos hiperrealistas produjeron imágenes y objetos para reflejar sus sentimientos acerca de asuntos políticos o sociales, tales como los regímenes totalitarios, la intolerancia religiosa y racial o la persecución y la discriminación.
Asimismo, la desatención de los más vulnerables y desfavorecidos por parte de la sociedad y el Estado. Las imágenes hiperrealistas suelen desafiar a los espectadores, ya sea por medio de una yuxtaposición incongruente, una dimensión colosal, o la expresión de una realidad incómoda, que normalmente ignoraríamos.
Por ejemplo, las esculturas de Ron Mueck tituladas Máscara, de 1997, su diminuto Padre muerto, elaborado en silicona, de 1996, o su En la cama, de 2005, resultan desconcertantemente realistas, pero su dimensión hiperbólica obliga a los espectadores a replantearse lo que ven.
En cambio, Duane Hanson creó esculturas hiperrealistas, normalmente de ciudadanos estadounidenses corrientes, retratados a escala, hecho que las hacía asombrosamente reales, incluso vistas de cerca, e invitaba a los espectadores hacia la autorreflexión.
Muchas de las pinturas hiperrealistas están hechas con aerógrafo, ya sea con pinturas acrílicas, óleos, o una combinación de ambas. Las pinturas de Denis Peterson, ofrecen una serie de temas profundamente inquietantes, tales como el genocidio, el dolor humano y la supervivencia.
Todos estos temas se plasman al detalle, encuadrados para que el espectador no escape a preguntarse, reflexionar y replantearse situaciones que, de suyo, pueden resultarles incómodas.
En conclusión, el hiperrealismo cuestiona las opiniones del espectador acerca de los temas incómodos del mundo moderno.