Land Art

(década de 1960- principios del siglo XXI)

El estilo conocido como land art, también llamado arte terrestre o arte ambiental, nació a finales de la década de los años sesenta, como una irrupción de varios artistas, quienes ansiaban deslastrarse del comercialismo que dominaba al mundo del arte en ese momento.

En su búsqueda de nuevos materiales, disciplinas y ubicaciones para la creación y exposición de obras de arte, muchos de estos creadores generaron esculturas de gran tamaño, elaboradas a base de materiales naturales, a menudo ubicados en ambientes paisajísticos.

El land art se caracteriza por la producción de obras directamente en el medio ambiente. Parte del movimiento del arte conceptual, los artistas de land art crean obras altamente expresivas y disímiles entre sí.

Algunos esculpen directamente en la tierra, otros documentan su paso por el paisaje, a través de imágenes efímeras, piedras, tierra, ramitas o rocas, que trasladan hacia las galerías para componer instalaciones, y también los hay quienes crean obras con materiales naturales al aire libre.

Cuando no se ejecuta en forma de instalación en una galería, el land art suele documentarse acompañado de mapas, videos o fotografías, a menudo, como parte de una secuencia o historia.

Mi función es trabajar con la naturaleza en su conjunto”.

Andy Goldsworthy.

Efímero y único

Entre los mayores y más reconocidos del land art destacan Dennis Oppenheim, Robert Smithson, Richard Long, Michael Heizer, Andy Goldsworthy, Walter De Maria y Nancy Holt.

Surge como corriente artística en los Estados Unidos, aunque luego se hizo internacional. Las obras suelen ser colosales, insertadas en la naturaleza, donde se dejan erosionar con el paso del tiempo, lejos de los entornos urbanos.

Por ejemplo. la mayoría de las obras tempranas, fueron erigidas en los desiertos de Nevada, Nuevo México, Utah o Arizona, sin embargo, en la actualidad, solo es posible apreciarlas en videos o fotografías.

Al permanecer en un lugar específico, este tipo de arte no suele ser bastante accesible al público y, por ende, al estar expuesto a los elementos, con frecuencia se deteriora rápidamente.

Entonces, estamos hablando de piezas únicas en su estilo, además de efímeras, lo que viene a ser uno de los objetivos principales de estos artistas. El hecho de que dichas obras sean imposibles de adquirir o replicarse les permite a los creadores del land art expresarse con entera libertad.

El eje central de cada una de estas muestras es el medio ambiente y las relaciones entre los seres humanos y su entorno natural.

Spiral Jetty

Llegado el año de 1970, el artista Robert Smithson transformó un vasto páramo natural en una inmensa obra de land art, conocida con el nombre de Spiral Jetty. Se trata de un sendero en forma de espiral, elaborado en el Great Salt Lake, de Utah, Estados Unidos, con materiales orgánicos: cristales de sal, barro, piedras de basalto negro y tierra.

Tiene una longitud de 460 metros, y una altura de 4,6 metros. En cuanto a su anchura, esta solo puede apreciarse cuando el nivel del agua del lago desciende por debajo de los 1.279,5 metros.

En principio, la espiral negra destacó sobre el fondo rojizo de algas y bacterias del Great Salt Lake durante las mareas bajas. Desapareció bajo el agua por treinta años, pero aflora cada vez que el agua merma. Actualmente, la salinización a la que se ha visto sometida, hace que se vea más blanca que negra.

Robert Smithson, Spiral Jetty, 2005

Cuando una obra de arte se coloca en una galería, pierde su carga y se convierte en un objeto portátil o una superficie desvinculada del mundo exterior”.

Robert Smithson.

Al igual que en el caso de la obra Spiral Jetty, gran parte del land art se basa en los procesos naturales. Smithson, por ejemplo, sentía gran fascinación por los procesos físicos de la naturaleza y su funcionamiento, cómo esta cambia y reacciona con la erosión.

Por su parte, Nancy Holt construyó estructuras enormes, a semejanza de las estructuras megalíticas ancestrales al estilo de Stonehenge, dispuestas según secuencias astronómicas.

También, el artista conceptual, minimalista y ambiental Walter De Maria, produjo obras de una gran envergadura, casi siempre a partir de materiales, industriales, y las ubicó en desiertos de Norteamérica deliberadamente, asegurándose de que el clima y los efectos lumínicos naturales cambien radicalmente el aspecto de sus estructuras. Todo ello con el fin de llamar la atención sobre la situación del planeta Tierra y su relación con el universo. Obviamente, es tan vasta que, gran parte de esta obra solo puede contemplarse desde el aire. Es lo que la crítica ha lamentado precisamente, el hecho de que este tipo de land art se oponga al objetivo original de llegar a todo el mundo.

Percepciones frescas

Christo y Jeanne-Claude son otros dos artistas quienes pueden inscribirse en el estilo de arte ambiental, conceptual o de performances.

Las ideas subyacentes a su arte y los procesos de creación son igualmente relevantes que el resultado final. Con una longitud hiperbólica de tela colgada, o colocada en entornos urbanos o rurales, sus obras estimulan a los espectadores a replantearse lo que ven.

Anticomercialismo, antiindustrialización

La mayoría de los exponentes del estilo land art se opusieron a la supuesta artificialidad, falta de sinceridad y comercialización del arte, a finales de la década de los años sesenta.

El movimiento surgió por primera vez en octubre de 1968, a partir de una muestra realizada en la Dwan Gallery de la ciudad de Nueva York y titulada “Earthworks”. La segunda exposición se celebró en 1969 y se tirulo “Earth Art”.

Ambas fueron muy aclamadas y bien recibidas por la prensa y el público asistente y, durante unos cuantos años, todas las esculturas de inspiración ambiental, pasaron a denominarse earthworks u “obras terrestres”.

Andy Goldsworthy, construye tanto estructuras temporales como permanentes, a partir de la utilización de materiales naturales autóctonos que encuentra en sus largas caminatas por paisajes naturales y urbanizados, tales como pequeñas ramas, copos de nieve, piedras u hojas.

Se trata de obras coloridas de diferentes tamaños. Unas pueden llegar a ser enormes, otras, diminutas. No obstante, su objetivo es recalcar los peligros de la desvinculación de la sociedad con la Madre Naturaleza.

 “Abogo por un arte que tome en consideración el efecto directo de los elementos en su existencia diaria, ajena a la representación”.

Robert Smithson.

La obra de los artistas del land art, se vale también de la poesía, la fotografía y otros elementos. A modo de ejemplo, Richard Long, documenta sus viajes con mapas, poesía y fotografías. A veces, deja una pequeña pista, una huella en el paisaje a colocando piedras o grabados sobre la hierba.

En tanto, va recopilando diversos objetos que encuentra en el camino, los cuales incorpora a sus instalaciones.

En conclusión, el land art se trabaja en entornos naturales, con la finalidad de alterar la percepción del espectador.