(década de 1960)
El término op art, o arte óptico, fue empleado por primera vez en la edición del otoño de 1964 de la revista Time, para designar un nuevo estilo artístico que creaba ilusiones visuales y efectos ópticos.
Debido a ello, el arte óptico fue también conocido con el nombre de arte retiniano. Los exponentes pertenecientes a este estilo artístico crearon diseños y patrones geométricos, con la finalidad de generar en los ojos del espectador la sensación de movimiento vibratorio.
Aquel artículo publicado en la revista Time rezaba: “Depredando y jugando con los errores de la visión, nace el nuevo movimiento del arte óptico en el mundo occidental. Con una voluntad de ruptura con el expresionismo abstracto, similar a la del arte pop, el op art recrea efectos hipnóticos que juegan a confundir la visión o a generar ilusiones ópticas”.
Procesos perceptivos
Inspirados en el suprematismo, neoplasticismo, constructivismo, la Colorfield Painting y el neoimpresionismo, los artistas ópticos utilizaron líneas y formas geométricas para crear efectos visuales ilusorios, a partir de la utilización de los colores blancos y negros, en ocasiones, o en otras, bloques de color.
Los elementos aparecían de forma repetitiva en grandes lienzos, en perspectiva. En general, jugaba ya fuera veladamente o de manera poderosa y desconcertante, siempre abstracto.
Parte de las obras parecen moverse, o vibrar de manera distorsionada. Los artistas utilizaron las teorías del color y los aspectos físicos y emocionales de la percepción.
De entre los más grandes exponentes del op art destacaron Víctor Vasarely, constructor de patrones teselados a modo de mosaico, para generar la impresión de formas en tres dimensiones; Bridget Riley, quien durante años utilizó solo líneas y patrones geométricos en blanco y negro, que plasmaba en grandes lienzos con el fin de para transmitir movimiento o inestabilidad.
Asimismo, la extraordinaria obra del artista venezolano Jesús Rafael Soto brilló con luz propia. Fue el creador de obras ópticas en 3D, que vibraban y se movían alterando la percepción de cada obra por parte de los espectadores. Sus creaciones son producto de la fusión del arte cinético y el op art.
“Toda forma sirve de base para un color y todo color es un atributo de una forma”.
Victor Vasarely.
Bridget Kiley
Las pinturas de Bridget Riley resultan, de alguna manera, perturbadoras. Durante años la pintora trabajó solo con los blancos y los negros en sus lienzos, apenas variando sus formas y líneas para explorar los efectos dinámicos de los fenómenos ópticos y, con ellos lograr desconcertar al espectador.
El objetivo es seducirlo, no solo con sus pinturas, sino también la manera cómo estas son percibidas físicamente. Luego de una visita a Egipto, a principio de los años ochenta, fue el momento cuando Riley se decidió a comenzar a utilizar color.
Muchas de sus creaciones se inspiraron en sus propias experiencias y observaciones del color y la luz en el paisaje. Se trata de una obra contemporánea, que ilustra e imita los principios del op art con líneas, curvas y formas en blanco y negro que generan efectos ópticos.
“Para mí la naturaleza no es un paisaje, sino el dinamismo de las fuerzas visuales… un acontecimiento más que una estética. Estas fuerzas solo pueden abordarse tratando el color y la forma como las identidades por excelencia, liberándolas de todo papel descriptivo o funcional”.
Bridget Riley.
Arte cinético
El arte cinético o cinetismo es un estilo estrechamente relacionado con el movimiento. A diferencia del op art, que solo “parece moverse”, el cinetismo se mueve de verdad.
El arte cinético normalmente se expresa en tres dimensiones, con obras, a menudo, compuestas por partes diseñadas especialmente para moverse mediante un mecanismo interno, o bien un estímulo externo. En paralelo al desarrollo del op art en las décadas de los años cincuenta y sesenta, varios artistas comenzaron a crear esculturas cinéticas.
Entre los principales y más representativos exponentes se encuentran Jean Tinguel, Alexander Calder y George Rickey, quienes trabajaban de manera independiente creando ejemplos diversos de cinetismo, tales como esculturas movidas por el viento que se encendían y apagaban en forma aleatoria, o incluso se autodestruían.
Duchamp, Gabo y algunos constructivistas fueron pioneros en la creación de arte cinético, expresión que comenzó a utilizarse a mediados de los años cincuenta. No obstante, el cénit de su popularidad fue alcanzado en la década de los años sesenta.
Happenings
A finales de la década de los años cincuenta, y comienzos de la de los sesenta comenzaron a celebrarse en Estados Unidos los famosos happenings, que dieron paso posteriormente al arte de la performance. Los happenings son hijos los artes cinéticos y descendientes del dadaísmo y el surrealismo.
El nombre fue acuñado por el artista Allan Kaprow, en el año de 1959 en la ciudad de Nueva York. En total fueron 18 happenings en 6 partes, los cuales exigían la participación del espectador y, aunque se planificaban de antemano, también podían improvisarse en cualquier sitio.
La respuesta del ojo
En 1965, el movimiento del op art captó la atención del público norteamericano con una exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York titulada “The Responsive Eye”. La muestra incluía obras de Richard Anuszkiewicz, Rile, Vasarely, Albers, Julian Stanczak y Tadasky, entre otros.
Las imágenes del op art no tardaron en alcanzar una enorme popularidad, siendo utilizadas en numerosos contextos comerciales, impresas, en televisión, publicidad, gráficos, moda y diseño de interiores.
El objetivo primordial del op art era engañar la vista, y los artistas buscaban generara la sensación de movimiento en obras de arte estáticas. Los colores, las líneas, la forma y la perspectiva se utilizaban con la finalidad de lograr los efectos ópticos deseados y confundir al ojo del espectador.
Curiosamente, los artistas ópticos no siempre agradecían la aprobación del público. Por ejemplo, en una ocasión, Bridget Riley amenazó con denunciar a un fabricante quien plagió sus obras para diseños de tejidos, declarando posteriormente que el “comercialismo, el seguir las modas y el sensacionalismo histérico estaban socavando el mundo del arte”.
“Cuanto más ejercito mi mente consciente, más abierta estoy a nuevas experimentaciones”.
Bridget Riley.
Asombrosas evocaciones
Las ideas del op art provenían de distintas fuentes. Vasarely, por ejemplo, fue primero que todo un artista gráfico, tal y como lo evidencia su obra. Sus pinturas no pretenden confundir ni perturbar a los espectadores, sino fascinarlos con sus formas y colores.
Por su parte, las pinturas de Riley son de un tipo más científico-matemático, si se quiere, aun cuando la propia artista afirma haber trabajado siempre por intuición. A pesar de que sus obras son eminentemente abstractas, a veces las pinturas op art, junto con otros efectos, evocan los elementos naturales del agua, el viento y el fuego.
En conclusión, el op art se basó en la estimulación de los efectos ópticos.