Renacimiento Pleno

(c. 1498-1527)

Historia del renacimiento pleno

Nunca antes como en el siglo XV, en medio del período denominado Renacimiento pleno floreció con mayor ahínco el arte. Se trata de un estilo que no es más que la evolución de las técnicas y concepciones que habían surgido previamente, durante el Renacimiento temprano.

La obra de los artistas jóvenes se tornó mucho más habilidosa, profusa y profunda, diversa y confiada, pero, además, embebida de una fe inquebrantable en las ideas tan creativas de los artistas italianos, conscientes de la importancia de su rol en la sociedad.

En aquella época se produjo una maduración de las técnicas, que devino en una verdadera revolución artística. Tanto la pintura como la escultura, lograron en este punto colocar especial énfasis en las reproducciones realistas, el equilibrio en la composición, la armonía del espacio, así como en la fastuosidad que busca superar la de las obras de la Antigüedad.

Algunos estudiosos refieren que la transición del Renacimiento temprano al Renacimiento pleno ocurrió con el final de los trabajos de Leonardo Da Vinci, La Última Cena, uno de los más grandes exponentes de la pintura renacentista.

Este hecho, además, coincidió cronológicamente con el cambio ordenado por el papa Julio II, de Roma a Florencia, como nuevo crisol cultural.

En ese tiempo, el talento y la habilidad de los artistas eran los que forjaban su reputación y sus logros. Un buen ejemplo de ello son los venecianos Giorgione y Tiziano, ambos entusiastas de los colores vivos para sus etéreas, coloristas y dinámicas composiciones.

A su vez, maestros nórdicos como Durero y Holbein, produjeron obras cargadas de una gran sofisticación y asombroso realismo, pero, sin lugar a dudas, la tríada de artistas más grandes de todos la conforman Leonardo, Miguel Ángel y Rafael. El primero de ellos, inspiraría al reconocimiento de los artistas como verdaderos genios.

El hombre de Vitrubio

La pintura dibujada alrededor del año 1487 por Leonardo da Vinci, El hombre de Vitrubio, es la famosa figura masculina encerrada dentro de un círculo y un cuadrado, que muestra las proporciones humanas ideales, inspirada en las notas del arquitecto homónimo.

Vitrubio habría explicado en su libro de notas que las proporciones de los órdenes arquitectónicos clásicos se deben fundamentar en la figura humana. Por ende, la obra de Leonardo es un claro reflejo de su fascinación por las proporciones y la anatomía, pero, por sobre todo, por la nueva concepción del arte y la ciencia como un todo indivisible.

Leonardo también estaba casado con la idea de que el funcionamiento del cuerpo humano se encuentra en correlación con el movimiento de los astros y la actividad del cosmos.

El hombre de Vitrubio, Leonardo da Vinci, c. 1485-1490, lápiz y tinta.

La genialidad

Las pinturas y dibujos del también escultor, ingeniero, filósofo, arquitecto, matemático, inventor y científico, Leonardo Da Vinci, son composiciones absolutamente innovadoras, que aún hoy en día continúan influyendo a los artistas contemporáneos.

Su modo tan particular de captar la luz, a través de la técnica del esfumado, de su propia invención, lleva a Leonardo a crear tonos suaves, graduales y casi vaporosos. Este es, tan solo, uno de los elementos que hace a la pintura de este artista colosal, tan particular e influyente.

Sus incontables cuadernos están llenos de bocetos, estudios y dibujos provenientes de la observación continua del mundo natural, así como del hecho científico.

Miguel Ángel

Por otra parte, la obra de Miguel Ángel inquieta por su gran ingenuidad. Si bien el artista dejó muchos proyectos inconclusos, pues su mente descomunal le hacía pasar rápidamente de uno a otro, fue un hombre sumamente polifacético, quien demostró con creces sus grandes habilidades, no solo como pintor, sino también como escultor, arquitecto y poeta.

Desde los inicios de su dilatada carrera, se consideró a Miguel Ángel como el mayor artista de su época, gracias a la capacidad demostrada para imprimir vivacidad, fuerza y energía a sus representaciones, expresada tanto en los lienzos como en las superficies de mármol y hormigón.

Rafael

El tercero y no menos importante de todos los artistas del Renacimiento pleno, o Alto Renacimiento, Rafael, fue el creador italiano posteriormente etiquetado como genio durante su carrera.

Destacó, sobre todo, como pintor y arquitecto. Sus retratos y obras religiosas fueron ampliamente valorados y admirados por su armonioso colorido y su delicada claridad en la aplicación.

La verdadera obra de arte, no es más que una sombra de la divina perfección

Miguel Ángel.

Anatomía

Si bien la investigación sobre las partes del cuerpo humano no es original de la época renacentista, no obstante, en la Edad Media, el arte de diseccionar cadáveres se encontraba proscrito y perseguido por la Iglesia, que consideraba estas prácticas como un sacrilegio.

Movidos por la búsqueda incesante de realismo, algunos artistas se dieron a la tarea de estudiar anatomía de manera clandestina, a todo riesgo. Esto, con la intención de aprender disección y así poder realizar representaciones mucho más fidedignas del cuerpo humano.

Se sabe que Leonardo trabajó ilegalmente con cadáveres de criminales, mismos que se dedicó a abrir para tratar de explicar el funcionamiento y la estructura de cada órgano. Estas prácticas legarían a la Humanidad dibujos invaluables, que establecieron nuevos parámetros en la representación de la figura humana.

Dignidad y esplendor

El realismo pensado para crear imágenes desde un punto de vista más humano, idea central del estilo renacentista pleno, se vio intensificada en los intentos de estos artistas posteriores del período por perfeccionar su visión de la naturaleza para representarla.

La profusión en los detalles y la claridad lineal del Renacimiento temprano, fueron suplantados por formas mucho más simples y plenas, colmadas de gran significado, dignidad, belleza, exuberancia, movimiento y profundidad.

De este modo nacieron composiciones significativamente más fluidas y armónicas, bajo un contexto ambiental destinado a producir una respuesta emocional inmediata en el espectador.

Por su parte, el mecenazgo procedía de diversos trasfondos, algunos muy distintos al cristiano. Es por ello que, los temas no se limitaron tan solo a la representación de parábolas o episodios bíblicos. Este grupo de promotores del arte incluían a gobernantes, banqueros, mercaderes de toda índole, y hasta a cardenales.

La esencia de la vida era el arte. Con frecuencia se invitaba a los artistas a unirse a la nobleza. La admiración de que fueron objeto hizo que se les otorgasen títulos nobiliarios y disfrutasen de jugosos salarios.

Disegno y colore

El disegno, esla práctica del dibujo al natural, considerada como el elemento primordial del arte que los aprendices florentinos debían asimilar si querían tener éxito.

Entre tanto, el colore, es decir, la disposición precisa de los colores en la composición, era el principio fundamental a seguir para los artistas venecianos. A lo largo del Renacimiento, numerosos pintores, escultores y humanistas debatieron enardecidamente sobre cuál de estas dos técnicas era la mejor y la más perfecta.

Tal vez, en el Renacimiento pleno, mucho más que en cualquier otro período de la Historia del Arte confluyeron tantas ideas. Sin embargo, en general, el arte del Renacimiento pleno representa una nuclear: la cultura en la que se generó cultivó, representó y desarrolló abiertamente los grandes logros de la Humanidad.

Se estimuló, reconoció y recompensó la habilidad y el talento por primera vez en la historia; la búsqueda de conocimiento y el esfuerzo humanos se llevaron hasta sus últimas consecuencias, y se premió la genialidad.

En conclusión, el Renacimiento pleno representa el pináculo de los logros técnicos y creativos del ser humano.