(1915-1935)
En la segunda mitad del siglo XX, comenzaron a surgir una serie de movimientos artísticos que bebieron del abstraccionismo. Uno de los principalmente influidos por el cubismo y el futurismo es el estilo que se conoce en Historia del Arte con el nombre de suprematismo.
Surgió en Rusia, propulsado por el pintor y teórico Kazimir Malévich. Fue un arte radicalmente innovador que encontró refugio en la forma cuadrada, un estilo geométrico inventado por el propio Malévich.
Su técnica lo catapultó hacia el primer lugar del arte de vanguardia de los inicios del siglo XX. Según él mismo Malévich explicó en algún momento, su búsqueda lo llevaba a querer liberar el arte del lastre del mundo representativo. Para ello, erradicó por completo los temas en sus lienzos.
Victoria sobre el Sol
Malévich participó en la muestra “O,10, la Última Exposición Futurista”, organizada en diciembre de 1915 en la ciudad de Petrogrado. Allí expuso un total de 37 lienzos de corte abstracto.
Uno de los más representativos es su Cuadrado negro sobre fondo blanco, realizado en el año de 1913. El cuadro se basa principalmente en los decorados y el vestuario que el mismo Malévich había diseñado para la ópera futurista Victoria sobre el Sol.
Se trata de un gran cuadrado negro sobrepuesto en un fondo blanco, que coronaba la puerta de entrada a aquel salón de exposiciones. Su aspecto era el de un icono ruso familiar tradicional.
El resto de los frescos expuestos por Malévich contenían principalmente rectángulos, cruces y triángulos, además de círculos dibujados en colores lisos y planos, sin gradaciones cromáticas y absolutamente exentos de realismo.
Malévich escribió y publicó un folleto titulado Del cubismo y el futurismo al suprematismo para acompañar la exposición de sus cuadros. En esa obra describió la evolución de los movimientos vanguardistas que se venían gestando desde principios de siglo.
Lenguaje pictórico puro
Para el año de 1912, Malévich ya había participado en varias exposiciones junto al grupo alemán Der Blaue Reiter, así como con los rusos Osliny jovst “Cola de Burro”, con una serie de cuadros poderosamente influidos por el cubismo y el futurismo.
Redujo al máximo los elementos pictóricos a simples formas geométricas y bloques de colores lisos o monocromos, una técnica con la cual Malévich creyó haber alcanzado el Olimpo de la expresión artística, y liberado a la pintura de toda su función social y política.
Los suprematistas eliminaban todo el contenido simbólico, narrativo o evocador, y condensaban todos los elementos en sus formas más simples y puras, constituyéndose esta en una nueva realidad creativa.
“He sentido la noche dentro de mí y he concebido un nuevo arte, al que llamo Suprematismo”.
Kazimir Malévich.
Por otro lado, cabe destacar que la obra de Malévich, no solo bebió del cubismo y el futurismo. También el arte primitivo ejerció una gran influencia, a partir de sus imágenes supraterrenales.
Otras de sus influencias fueron la filosofía, las matemáticas y las teorías sobre la Cuarta Dimensión. Sus formas, líneas y colores no parecen dibujadas en el lienzo, sino flotar vaporosamente sobre él.
Ello causaba el asombro de los espectadores, quienes esperaban ver pinturas tradicionalmente reconocibles y convencionales. Sin embargo, Malévich contradijo todas estas normativas, puesto que consideraba que su lenguaje pictórico puro era una proyección del estado mental del artista.
Kazimir Malévich
El pintor ruso afirmó en una ocasión que el blanco era el “color del infinito”. De allí la espacialidad, la distancia y perpetuidad que transmiten sus níveos fondos. Redujo su paleta de colores para enfatizar la simplicidad de las formas representadas y dispuestas azarosamente sobre el lienzo.
Dichas formas aparecen desconectadas del mundo circundante y emplazan al espectador a deslastrarse de toda expectativa y alcanzar un estado superior de conciencia, casi místico.
Malévich componía sus pinturas con retículas, insertando diagonales, ángulos inclinados y formas dispuestas de manera irregular por el espacio para generar la sensación de movimiento.
Revolución rusa
Según Malévich, el suprematismo se refiere a la supremacía de la percepción o el sentimiento puro en las artes pictóricas. No en vano, este movimiento artístico emergió a la par de la Revolución rusa de 1917.
Malévich y sus seguidores basaron el estilo en su ideario político revolucionario, confiados en que, con ello contribuirían a configurar una nueva sociedad donde la libertad espiritual se impusiera por sobre el egoísmo y la codicia.
En su intento por erradicar toda conexión física con el mundo, el suprematismo buscaba la pureza, en medio de una sociedad que cada vez más carecía de valores éticos y humanos. Malévich no era religioso, sin embargo, estaba convencido que el arte era un producto del espíritu.
Arte universal
Malévich publicó en el año de 1916 una versión ampliada de su folleto de 1915, esta vez, con el título Del cubismo y el futurismo al suprematismo: un nuevo realismo pictórico.
En esta obra se condensa la esencia del estilo suprematista, a modo de manifiesto. Malévich designó al cuadrado negro como la forma nula que rompía con las convenciones previas, anunciando el amanecer de un nuevo lenguaje pictórico.
También explicó las tres fases del suprematismo en ese segundo manifiesto: la primera era negra, la segunda coloreada y la tercera blanca. En 1918, produjo una serie de cuadros blancos sobre blanco, eliminando por completo el color, si bien se pueden observar algunas formas geométricas pintadas.
“En 1913, en un intento desesperado por liberar el arte del peso muerto del mundo real, me refugié en la forma del cuadrado”.
Kazimir Malévich.
Los postulados subyacentes al suprematismo fueron, en ciertos aspectos universales, y en otros, absolutamente locales e independientes de las tradiciones europeas.
Ello es fácilmente reconocible y destacable a partir de la semejanza con la pintura de iconos rusa. Dicha tradición icónica se sustentaba en imágenes ancestrales admiradas por la sociedad rusa.
En sus obras, Malévich representó formas negras sobre fondos blancos, tales como un círculo y una cruz negros, según las enseñanzas derivadas de las composiciones de los iconos tradicionales, colocando el objeto principal en el centro del lienzo, en ocasiones, contra una cruz simétrica o un halo circular.
El grupo Supremus
En 1915, Malévich fundó un grupo al cual se adscribieron otros artistas coetáneos y que llamó el grupo Supremus. En él participaron Lissitzky, Olga Rozanova, Liubov Popova y Aleksandra Aleksandrovna Ekster.
Solían reunirse con asiduidad para debatir sus filosofías y su convicción en que el suprematismo podía mejorar la sociedad y al mundo.
Además, en el año de 1922 colaboró con otros suprematistas en obras elaboradas en tres dimensiones y, en 1927, la Bauhaus publicó su libro El mundo no objetivo, en el cual se exponen todas y cada una de sus teorías sobre el arte abstracto.
No obstante, tras el ascenso al poder de Stalin, en el año de 1924, y la instauración del realismo socialista una década después, el suprematismo terminó por desvanecerse.
En conclusión, el suprematismo buscaba liberar el arte del pasado y crear un lenguaje pictórico puro.